lunes, 11 de abril de 2011

EL CULTIVO DE LA CAÑA DE AZÚCAR


La caña de azúcar es una planta gramínea originaria de Nueva Guinea, desde donde se fue extendiendo a Asia y otros países tropicales y subtropicales.


Esta planta consta de tres partes: una subterránea, carente de hojas y perenne, y otra aérea y anual, con hojas que llegan a alcanzar de dos a siete metros de longitud. El color de la planta depende de las variedades. En su parte superior encontramos la panocha, que mide unos treinta centímetros de largo. La floración se presenta durante el primer año de cultivo.


Los climas apropiados para su explotación son los tropicales y, en ocasiones, los subtropicales; los suelos más indicados, los llanos, ricos en calcio y próximos al mar.


La siembra se realiza con simientes o estacas, que es el procedimiento usado más corrientemente.


La germinación exige la presencia de humedad en el suelo; además, durante el cultivo, hay que suministrar sólo una cantidad durante el cultivo, hay que suministrar sólo una cantidad prudencial de agua, porque el riego excesivo contribuiría al crecimiento de las malas hierbas.


La faena de la recolección se lleva a cabo entre los once y los dieciséis meses de la plantación, es decir, cuando los tallos dejan de desarrollarse, las hojas se marchitan y caen y la corteza de la capa se vuelve quebradiza. Enfermedades de la caña de azúcar.

- Esta planta está expuesta a numerosas enfermedades que pueden acabar con toda la cosecha de caña de azúcar.


Las más importantes son los hongos, virus y bacterias: el mosaico, el tizón, el escalde, las podredumbres, la gomosis, el mildiu tormentoso. El azúcar se consigue triturando los tallos y maceran con poderosos rodillos estriados de hierro y se someten, simultáneamente, a la acción del agua para diluir el jugo ya que contiene alrededor del 90% de sacarosa existente en la caña.


El jugo se trata con cal y se calienta para que se precipiten las impurezas; se concentra luego por evaporación y se hierve para que cristalice. Posteriormente se dejan enfriar los cristales y se refina la melaza: se disuelve en agua caliente y se hace pasar a través de columnas de carbón de hueso -o vegetal activado- gracias a lo cual los cristales se decoloran. Capítulo siguiente - Las leguminosas.

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